29 abril 2007

Se abrió el telón... no había nadie detrás...

Tal como ese repentino flash que salió disparada de la vieja camara con la que nos hicimos una foto del recuerdo, allí, en la sala de tu casa, más allá aún que el último recinto de la tierra...

Sí, hace mucho tiempo ya. Aquella sonrisa que mostrabas. Aquella mirada sublime y subliminal, emergente de tu rostro de ángel, toda esa belleza desauciante. Tan solo me traen vanos recuerdos del disparo de luz que emitió la caja magica.
Esa luz...

No logro recordar más. Me refrescaba al igual que la fresca brisa centelleante del llamado de la muerte, que me vino a ver hace ya algún tiempo, alguna vez, o más. Aquel destello me atormentó una y otra vez sin cesar en los días más grises y fructuosos cuando lejos de mí te encontrabas. Aquellos largos días en tu espera, que parecían no tener fin y de los cuales, ya me estaba penunmbrosamente acostumbrando.
Simplemente no había lugar, no había un arriba, ni un abajo, ¿donde me podría esconder? ¿olvidar que no estabas aquí?

Aquella camara fue la que te absorvió, te atrajo, te sedujo de manera muy fácil, y te llevo lejos de mí. Maldita caja del demonio, que desvelaste el más orco rencor, y el más furioso odio en el más santo de los santos, en el más sumiso de los inocentes, el tipo que vivía aislado en su propio mundo, esperando a la nada.

La respuesta fue muy simple. Todo fue una falsedad. No existen nada más que sueños que nos sofocan, llenandonos de ilusión, que al verse finalizados por nuestro abrir de ojos, se pierden, hiriendonos más, al despertar nos damos cuenta de que todo era una mentira. Al igual que yo, no he podido volver a dormir, desde que desperté y me di cuenta de que toda mi vida era un engaño. Al final de todo, simplemente no había una salida. Aprendí a quedar alerta, a mantenerme despierto, y así, los sueños ya no volvieron a actuar sobre mí.

Me volví inmune a ellos, se contrarestaron por sí solos, simplemente porque donde hay pesadillas, ya no hay lugar para sueños. Mi vida entera quizás sí era un engaño, pero más que nada una pesadilla sin fin, y la verdad es, pues la verdad es que tú nunca exististe.

(02/02/06)

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Y bailarás sobre mi tumba

Fui concebido entre libros y cadáveres y un etetoscopio fue mi primer walkman.

Siendo el único No Médico
no tuve más
reparo que
dedicarme a escribir...