26 mayo 2007

Tan frío

No sé como darle introducción a esto. Hoy es un sabado como todos los sabados del año presente y sin embargo es un sabado siniestro entre todos los sabados. Otro de esos días en los que se cierra una semana de múltiples decepciones, rostros vacíos y verdades amargas que duelen el alma. Cosas que logran hacerne sentir funesto, y me recuerdan que nada salió como planié. Pero... ya para que seguir con lo mismo, si el siguiente sabado será igual...

El siguiente texto es una carta, escrita por un personaje que me inventé para una historia más prolongada. Proceso ambicioso que tengo en stand by y que espero algún día poder culminar. En fin, este es:



La carta
Gris… gris… gris… no hay otra cosa que alumbre o de vida a este momento.
Reinan los espacios desérticos, a pesar de que hay mucha gente… y no lo sabes, no, no, no.
Como densos vapores, me voy disipando. A la larga ya no seré nada por haberme esfumado en el vacío.


Después de todo, ya no soy nada en ese inhóspito lugar en el que solía mantenerme tan caliente, tan a gusto… tan feliz.
De eso ya no hay nada.

Te quiero. Pero no, no con ánimos de compartir cariño y brindarte mi afecto, ¿qué fue todo eso?
Te quiero demasiado. Pero ya de nada sirve, ya resignado estoy, y se perdieron los ánimos de intentar amarte.
Me estás volviendo loco, y… te quiero… te quiero por el simple hecho de llegar a poseerte. Tan solo eso.
Y te deseo, sabes. Te deseo enfermamente. Te deseo tanto y tanto que estoy perdiendo la cabeza, y ya no sé que más.

Sin embargo ahora solo reina la muerte, muerte que muchos aquellos idolatran y que estúpidamente caen en un pozo de deseos superficiales, creyéndose ser algo más. Muerte que detesto, y desearía no tener si quiera que tocar, ya que apenas me roza, ya perdí todo lo demás. Ya no queda sostén alguno. Ya no puedo sostenerme en ti.

Te deseo, pero no, no es nada sexual… la carne seca, que ya todos probaron, perdió su sabor. ¿Ya para qué me sirves?
Te deseo y lo peor es que ya perdí la cuenta de las veces que lo dije. Te deseo, y ahí lo tienes una vez más. Te deseo y hasta ya olvidé el porqué.

Estás ahí, estas presente, a donde voltee, a donde mire, ahí estás, omnipresente. Ojala se te pudiera borrar, ojala yo me pudiera borrar. Y mis ojos locos revolotean sobre tu espalda, y mi mano cada vez más lentamente, se aproxima, arrepintiéndose y sintiéndose tan poca cosa, y tu reflejo se pierde confundiéndose entre mis pestañas, tratando de escapar de esa mirada que no puede tornarse a otro lado.

Al principio pensé que la indiferencia era algo normal, algo que por el momento estaba necesariamente obligado a darse, pero ahora, las miradas de desprecio liquidan al instante. Liquidan y las plumas de mis alas, comienzan a caer, mientras pasas por mi lado y tu mirada esquiva no me nota. Los recuerdos se van derritiendo de a pocos.

Centinelas corren a través de mis pensamientos y al llegar al destino, todas apuntando con un dedo y apuñalando con la otra mano mi alma destrozada, empiezan a reírse a carcajadas del funesto destino.
Y no faltan los destellos celestiales que se acercan y con una mueca de preocupación enfocan sus ojos con los tuyos y simulando afecto, te tienden una mano, un brazo, y te invitan a levantar una falaz sonrisa, que supuestamente te hará sentir mejor, pero que al final de cuentas, solo termina echándole más sal a la cicatriz abierta.
Y pues creen que te pueden salvar y, pues creen que pueden ayudarte. “Todo tiene solución”. Sin embargo no saben lo que dicen, y se enredan entre sus propias palabras, pues lo sufrido, parece resucitar cada segundo, amplificándose y manifestando su magnificencia, con un énfasis que termina por arrebatarte la razón, dejándote empapado en el más terrible horror.

Y cada día que pasa, llegan nuevas expediciones. Nuevos aires, más frescos, más llamativos y prometedores a sumarse a las que ya pasaron por tus pasillos, todos desplazando a la llama, que algún día se mantuvo tan viva y flameante en la cúpula de tu interior, o que quizás nunca existió. Sin embargo, si es que lo hizo, ahora se ve rendida hacia un lado, minimizada a una pequeña chispa, y quizás ni si quiera eso. Quizás tan solo cenizas humeantes bajo una nube negra con truenos que tarde o temprano se pronunciarán anunciando una bandera pisoteada, desgarrada y escupida, dejando el orgullo mas muerto que nada y todo a la vez.

Lo más curioso de todo es que pasó, el tiempo pasó, y nunca nadie se dio cuenta, nunca nadie lo percibió. Nunca. Ni si quiera yo. Embobado dentro de una burbuja de agua, pase y viví esos días viviendo una triste mentira, yo sonreía, todo era felicidad, todo era tan maravilloso, pero no.

¿Y sabes que?, sí, te quería, te quería demasiado y aún te quiero… te deseo, deseo tenerte aquí arrodillada y rogándome perdón. Deseo tenerte aquí colgada de mi pared como un trofeo de guerra. Deseo verte conmigo, deseo verte muerta, ya no sé.

Y no vayan a decir que no tengo sentimientos. ¿Acaso saben lo que son? ¿Cómo puedo tener sentimientos, si mis sentimientos todo el tiempo fueron negados? Ya no sé que decir, ya no sé que pensar, ya no sé que sentir.

Eras la maldita reina de un lupanar, vagabas entre las piernas de bolsillos repletos dispuestos a vaciarse, quien sabe cuantas bocas y quien sabe que más hayas probado con ese hocico mugriento, con el que alguna vez soñé.

No sabes como me gustaría regresar en el tiempo y borrar toda esa mierda que me hiciste pasar, no sabes como me gustaría nunca haberte conocido, no sabes como me gustaría nunca haberte mirado si quiera, reina de las esquinas, puta barata.

Ya no puedo más… simplemente ya no puedo seguir con esto… No hay cánticos o melodías que acompañen este solemne y fúnebre discurso. Quizás mas resumido y preciso pudiese haber llegado a ser un epitafio, algún día talvez alguien se de el lujo de entenderlo. Demonios, ¿ya para qué?

No sé si llegues a leer esto, quizás nunca nadie lo haga, quizás lo encuentre alguien más y se ría de todo lo que me pasó. Dudo mucho que alguien llegue a comprender todo lo que sucedió aquí, ya me da igual, ya todo ha pasado, no se puede cambiar, y no sabes cuanto lo detesto.

¡Jódete! Ojala tú estuvieras internada en esta mierda. Ojala supieras lo que es.
Adiós.

Te amo y te odio a la vez, dime, ¿te valió la pena?



Iván


(26/04/07) 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Leo leo leo y me regreso a leer lo mismo, porque me es imposible concentrarme pensando: ¿de verdad lo escribió él? ¿a él mismo se le ocurren esas "frases"? me parecen increíbles y brutales tantas oraciones...y tan largas y comunes y lógicas...supongo.
No sabía por qué me gusta tanto leer lo que otros piensan, pero creo que ya vi por qué: no se si yo podría escribir así, sin parar, palabra tras palabra sin pausa y adoro que otros puedan...

Lamento que en mi caso sea tan bestia para decir las cosas ja! ya qué

Yo, Olivia

Gabrieee* dijo...

xqqqQ=( sTaz cOsas me pazana MI=(... perOa si s la verdad..i asi pasan las kosas whateverrr i gOnna fORget(H)

Omy dijo...

ayy Iván, Iván, Iván.
Algún día te responderán.


Muy buen carta. Necesito la dirección de entrega YA.

Anónimo dijo...

Esto no es gris, es mas… negro, es que ya es tarde (si, es de noche, a eso me refiero).

Te quiero. Pero no, no con ánimos de compartir cariño y brindarte mi afecto, ¿qué fue todo eso?
Te quiero demasiado. Pero ya de nada sirve, ya resignado estoy, y se perdieron los ánimos de llegar a amarte.

Estabas empezando a soltarte, porque? La parte final termina con un te amo.
Ya no te podías sostener en ella, pobre Iván… pero que te hizo?
Esa sensación de deseo y necesidad debió haber sido frustrante y además reconocer que eras un bobo (uff) seguro fue una mala combinación. No te sirve mas, vez la diferencia? … has llegado a ese punto -¿Ya para qué me sirves?- Ahora es una cosa. Crees que ha desaparecido con el tiempo? Creo que siempre estará ahí, siempre habrá un segundo en el que ella se apoderara de tu mente, no será tu pensamiento favorito pero al menos sonreirás.
La diferencia estará en que ya no dolerá como antes.

Andrea

Juan Carlos Namoc Leturia dijo...

Me encanto que finalmente postearas Andrea.

El tema de Iván es simple. Este es el último documento que Iván escribiría antes de que lo hallasen muerto en su habitación de reclusión en el Larco Herrera.

Había enloquecido a causa de un desamor producto del oficio de su novia, el cuál ya te podrás imaginar.

Esta carta es parte de un proyecto que inicié hace mucho y lamentablemente no pude continuar... quizá algún día.

Y de nuevo, muchas gracias x haber pasado.
=)

TS dijo...

"No sé si llegues a leer esto, quizás nunca nadie lo haga"
4 pesonas ya lo hicieron y 5 años después, yo también.

"Dudo mucho que alguien llegue a comprender todo lo que sucedió aquí".
Se entiende lo que escribes, pero naturalmente, nunca sentiremos lo que sentías. Es algo muy personal.

Me hizo pensar en abstracto y en mis propias situaciones.

Muy profundo, sentido y honesto, incluso lo de "puta barata" que fue un respiro. Algo exquisito para tiempos tan remotos.

Extrañamente en el display se reproduce: Time is rrunning out - Muse.

Lo disfruté.

Y bailarás sobre mi tumba

Fui concebido entre libros y cadáveres y un etetoscopio fue mi primer walkman.

Siendo el único No Médico
no tuve más
reparo que
dedicarme a escribir...