El Trinar

Ha pasado el tiempo y aquí estoy. Quizás no soy el mismo de antes. Definitivamente las cosas no están como cuando nací. Muchas cosas han cambiado en mí, y yo también cambiÉ muchas cosas a la vez. Los pájaros aún trinan igual que antes, aunque el sol no sea el mismo de ayer. Trinan y en el ambiente se siente un vapor pesado, ya no es el mismo aire de antes con la fresca brisa que movía las hojas de los árboles. Trinan y a la vez parece que ese sonido que producen, disminuye de a pocos, y que cada vez son menos los pájaros que lo hacen.

Pero de todos modos, aún trinan y yo sigo aquí sentado. Recuerdo que uan vez, paseaba con mi madre por el parque y de pronto vi a un par de ancianos sentados en una banca charlando. Tan solo “viviendo” su época de adultos mayores. Uno de esos personajes era mi abuelo, entonces me acerqué sigilosamente por detrás para tratar de sorprenderlo. El resultado fue muy gratificante. Los pájaros trinaban y él sonreía, le alegraba verme. Le encantaba “lucir” a su nieto frente a su compañero de charla.

Hoy mi abuelo ya no está. Tampoco está el anciano que lo acompañaba. No queda nada de eso, la banca también desapareció y aquí estoy, sentado en el suelo en el que solía estar. Los pájaros trinan, pero con aire de muerte. Yo también soy anciano ahora, pero me quedé sin banca. Tampoco tengo compañía, ni ningún nieto que venga por la espalda y me regale una sonrisa.

Por lo visto los tiempos cambiaron, yo también cambié muchas cosas con el tiempo, pero al parecer fui el más perjudicado. No soy más que un viejo al que le negaron la dicha, de poder escuchar trinar a los pájaros.

(Verano 07)