Éramos siete drugos que comenzarían su retorno a la realidad 6 horas después. Era la última noche sin cadenas y el cansancio, o el terrible estado en el que se encontraban algunos no era excusa para no seguir de pie.
En tres horas amanecería y tras haber sido echados de un antro de mala muerte que venía con lupanar incluido, caminamos hasta la plazoleta donde Andrés, el medio hermano de Beatriz, nos esperaba con un coche y cuatro sujetos más.
Pasar la noche libando en casa de uno de estos desconocidos ya ebrios fue la elección a seguir. Así, sin pensarlo siquiera, la pequeña masa humana se enrumbó por inercia hacia el lugar pactado.
Pude haber ido en el taxi con los otros, pero el letargo y estupor me condujeron hipnotizadamente a subir al auto con aquellos individuos que acababa de conocer y que de hecho desconocía. Apenas el auto se echó a andar, el pánico comenzó. Ya estaba sentado allí, no había nada que pudiese hacer.
En tres horas amanecería y tras haber sido echados de un antro de mala muerte que venía con lupanar incluido, caminamos hasta la plazoleta donde Andrés, el medio hermano de Beatriz, nos esperaba con un coche y cuatro sujetos más.
Pasar la noche libando en casa de uno de estos desconocidos ya ebrios fue la elección a seguir. Así, sin pensarlo siquiera, la pequeña masa humana se enrumbó por inercia hacia el lugar pactado.
Pude haber ido en el taxi con los otros, pero el letargo y estupor me condujeron hipnotizadamente a subir al auto con aquellos individuos que acababa de conocer y que de hecho desconocía. Apenas el auto se echó a andar, el pánico comenzó. Ya estaba sentado allí, no había nada que pudiese hacer.
El coche era manejado por un sujeto muy callado. En el asiento del copiloto iba un tipo barbudo con el look de Chuck Norris, besuqueándose con una gringa hippie que iba sobre sus piernas. Atrás, Beatriz muy somnolienta, Andrés con botella en mano y yo tiritando por dentro y preguntándome como demonios fui a parar allí.
En la radio y con el volumen altísimo sonaba alguna canción de Dire Straits y una vez en la vía expresa, el callado sujeto que conducía pareció despertar de un trance y cual orate furioso aceleró al máximo el viejo Dodge. No había mucha concurrencia en la carretera por la hora, pero el sujeto estaba ebrio y cualquier descuido nos haría viajar en espiral. Mi temor crecía a pasos gigantescos aunque por fuera estuviese de lo más tranquilo. Beatriz ni se percataba de lo que sucedía y su cabeza calló sobre el hombro de Andrés que no paraba de decirme: ¡Salud! ¡Saludcita!
El sonido del motor llegó a ser más alto que el de la música y quién iba manejando aceleró más aún el coche y empezó a reírse a carcajadas tremendas, la pareja del costado ni se inmutaba y se manoseaban apretando con fuerza. Por un momento todo se tornó a blanco y negro y juraría que estaba dentro de un thriller, pero justo cuando volví a la realidad, llegábamos a una curva tremenda.
***
Al bajar del auto solo llegué a escuchar un: ¡Salud! ¡Saludcita!
(16/11/08)
8 comentarios:
la escencia es taan parecidaa a ese día jaja!, pero me bacilaa las palabras q empleas para describir las situaciones, el chico staba tan inseguro de ir o no, pero al fnal las cosas salieron maso! (Y)
Ana clau!
el antro de donde los botaron no era voce? ahahaha x)
buen post! me encanta : D
Nunca llegamos a entrar a voce jajaja..
Eso fue mucho después........
no caro no era voce, era el crack! xD!
nah broma,,,
BUEN POST! definitivament,, seguire leyendo!
me hace recordar cuando manejaba borracho! ajaja cosa que nunca más más volvere ha hacer por supuesto!
Petero! enseñame la pistola nene! jaja
Avisa cuando vayas a Voce o al Crack! ahi te presento unas gatas! xD
pensaría que estás hablando de tu último día en lima.. pero no sé xD
esto ma hace recordar a mi viejo. siemrpe conducía ebrio y mi nariz pagaba las consecuancias
bi japi (:
Muchas cosas pueden pasar en UN segundo.
jajaja
"Crack", "Gatas","Voce" ... etiquetas?
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