26 septiembre 2015

Muscari

Una bestia incontrolable se había apoderado de su corazón. Solo tenía siete años, ¿por qué permitir tanto daño? Tanto daño...

Un corazón de piedra, eso era lo que tenía ahora. Creció con esa forma, creció con ese fondo. Hoy es un obscuro y sanguinario ser.

La rutina la camufla: mentiras en la cena, noticias angustiantes; todo consume su claroscuro y grisáceo cabello, mientras en el plato se enfría un pejerrey empanizado.

Dos hermanos muertos, un esposo preso. Un puñado de sal y lágrimas hechas polvo. Sonrisas falsas la envenenan en medio de una balada interrumpida.

Tetas caídas. Muchas vidas. Todas idas y venidas. Un rostro sin rostro, un alma sin pena. Hombres y mujeres, casos suicidas. Ahora solo queda una botella en la cama... medio vacía, medio lacrada.



Virú
Febrero 2013



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Y bailarás sobre mi tumba

Fui concebido entre libros y cadáveres y un etetoscopio fue mi primer walkman.

Siendo el único No Médico
no tuve más
reparo que
dedicarme a escribir...